14 de enero de 2016

UN DÍA EN DISNEYLAND PARÍS

Los sueños algunas veces se hacen realidad. Ir a Disneyland París era uno de los míos y ni mucho menos me esperaba que podría cumplirlo en 2015. Como ya os conté en la entrada anterior el viaje a la ciudad de la luz fue algo que surgió de repente y lo mismo ocurrió con Disneyland. Y es que estando allí no podía volver sin verlo.
Nos pusimos manos a la obra y empezamos a buscar las ofertas que se encuentran a través de diferentes webs. La primera fue la página oficial del parque y nos pareció demasiado caro (180 eur dos personas entrada de un día a dos parques), pero no desistimos y seguimos buscando. La segunda oferta fue de Atrápalo y tampoco nos convenció. La tercera fue a través de una página web francesa que leí en un foro que no recuerdo muy bien. Y definitivamente, llegó nuestra oferta y fue a través de ticketmaster Francia, acabamos pagando 95 eur por dos entradas de un día a los dos parques.  ¿Qué os parece?. No está nada mal, ¿verdad?. ;)
Podréis encontrar diferentes tipos de entradas: MINI, MAGIC y SUPER MAGIC. La diferencia entre ellas, además del precio, es que con cada una de ellas puedes entrar determinados días según marque el calendario. Aquí no se si lo veréis muy bien, pero en la web se ve perfectamente. Nosotros compramos la entrada MINI  para entrar el Viernes 11 de septiembre por 47 eur y un euro y poco nos cobraron por tasas o algo así. Es muy sencillo, os registráis y compráis.  Os enviarán un email con las entradas y las imprimís en pdf en un folio tamaño A4 y cuando vayáis a ir os aseguráis de que no esté arrugado ni en mal estado. Las entradas no hay que validarlas ni ir a ninguna taquilla. Accedéis a los parques directamente con vuestro 'papelito' impreso desde casa. Os suelto este tostón por si os pasa como a mí que le dais vueltas a todo. jiji.
Llegamos a Disneyland París a las 9:30 a.m. desde París es fácil acceder al parque. Nosotros cogimos el metro desde Republica a Nation y luego un tren que te deja en la misma puerta del parque en la estación de Marne-la-Vallèe/Chessy.  Tras pasar por la puerta no os podéis imaginar mi cara. Con la boca abierta, mirando por todos lados y queriendo fotografiar todos los detalles, porque otra cosa no, pero los detalles están cuidados al máximo.
El parque está dividido en dos: Parque Walt Disney Studios y Parque Disneyland. Habíamos decidido entrar hasta el mediodía a los Studios y pasar toda la tarde en Disneyland. Para mí la atracción a la que quería montar sí o sí era: Ratatouille, la receta de la aventura.
Como es una atracción muy demandada, lo primero que hicimos fue ir a coger nuestro Fastpass (pase rápido). No es un pase que se pueda comprar o algo así. Cerca de las atracciones hay unos puestecillos que tienen un lector para pasar por ellos las entradas al parque con esto se consigue un pase donde indica la hora a la que puedes acceder a la atracción sin hacer la cola.  De esta manera puedes aprovechar bastante el tiempo y montarte en otras atracciones o hacer cualquier cosa.
Tras coger nuestro pase en Ratatouille, nos fuimos  a montar a:
- Studio Tram Tour: Behind the magic. Esta bien para empezar, una vuelta por diferentes escenarios con efectos especiales.
- Armageddon: les effects spéciaux. Recreada en la película del mismo nombre, la atracción está ambientada en una nave con efectos especiales.
Hicimos algunas fotos y nos fuimos directos a la zona de Ratatouille, repusimos fuerzas con un bocata de jamón que llevábamos en nuestra mochila, esto es algo en lo que también se puede dudar al ir. No hay ningún problema en llevar comida, miran la mochila al entrar, pero no dicen nada ni prohíben la entrada a nadie con comida.
Entramos rápidamente sin hacer cola con nuestro Fastpass y os puedo decir que la atracción me pareció alucinante. Es en 4D  y las vistas, los sonidos y los olores del restaurante parisino Gusteau son increíbles.









Tras haber pasado gran parte de la mañana en el Parque Walt Disney Studios fuimos al Parque Disneyland. Si todo me estaba gustando, entrar a este parque fue todo un sueño. Su calle principal llena de tiendas, pastelerías, restaurantes... . Conforme vas avanzando y centras tu mirada en el castillo es como si estuvieras en una de las maravillosas películas de Disney.
En este parque no tenía pensado montar en ninguna atracción, simplemente nos dejamos llevar siguiendo más o menos el recorrido del parque. Y nos fuimos montando donde nos apetecía. No somos muy de montar en atracciones pero estando donde estábamos...
Habíamos comido un bocata y ya eran alrededor de las tres, así que decidimos comer un menú de hamburguesa en un restaurante de comida rápida. Exactamente en el Café Hyperion. Cada menú nos costó 13 eur y constaba de Hamburguesa+Patatas+Postre. Estaban muy ricas y no me pareció muy caro, ya sabemos que otras cadenas de comida rápida son más baratas, pero estábamos en Disneyland París.







Conforme fue pasando el día fuimos descubriendo más partes del parque, hasta que llegó el momento clave. Vimos una pequeña atracción en la zona del oeste y había bastante gente. Nos miramos y dijimos:  ¿Podríamos montar?. Yo al principio un poco reacia, pero bueno, al ver a niños pequeños(4-7 años) en la cola, pues pensé que no sería demasiado fuerte. Pues nada de nada, bajé de la atracción temblando, era una montaña rusa que pasaba por debajo del río, con unos giros y descensos tremendos, con unas subidas impresionantes. En definitiva, casi muero. Nunca (y cuando digo NUNCA, es nunca) había montado en una montaña rusa. No pude chillar más, ¡os lo prometo!.
La atracción es Big Thunder Mountain. Os aseguro que es impresionante, no sé como serán el resto de atracciones emocionantes, pero ésta no defrauda.






Por montar en esta última atracción nos perdimos el desfile, pero todavía quedaba lo mejor. Era el momento de las compras y arrasamos. Compramos bastante y no compramos más porque sólo llevábamos el equipaje de mano, sino hubiera sido la perdición. Después de las compras nos posicionamos para ver el espectáculo que hay por la noche. El espectáculo nocturno Disney Dreams es lo mejor. La puesta en escena de luces, fuegos artificiales y fuentes de agua es simplemente sensacional. Es el broche de oro a un día de ensueño en un mundo de magia.