14 de marzo de 2016

Tercer/cuarto día en PARÍS

París nos recibió con un tiempo estupendo, pero el tercer día de nuestra estancia en la ciudad no fue tan estupendo. Fue salir del metro y empezar a llover, aunque refugiarse de la lluvia bajo la Torre Eiffel tiene su encanto.
Nuestro itinerario para este día era bastante completo, pero con la lluvia todo cambió. Nos adaptamos un poco al tiempo.
Empezamos por la Torre Eiffel. La verdad es que impone cuando estás junto a ella, esto suele ocurrir con algunos grandes monumentos, digo algunos porque otros dejan bastante que desear.
Mi viaje lo había planificado con poquito tiempo, por este motivo no pude reservar entradas para subir a la torre. Una vez estando allí y con el tiempo que hacía la mejor opción era no subir. Aún así había una cola tremenda para subir, la entrada cuesta 17 eur en ascensor hasta la cumbre y 11 eur en ascensor hasta el segundo piso.Yo soy de la opinión que las mejores fotos de la Torre Eiffel están fuera de ella y no en ella. Hay muchos sitios de la ciudad desde donde se puede ver y hacer maravillosas fotos al icono de la ciudad. A mi me encanta desde Trocadero y desde Campo de Marte.
Tras ir hasta Trocadero y hacer algunas fotos, volvimos a pasar junto a ella y atravesamos Campo de Marte, pasamos por la escuela militar y llegamos hasta el Palacio Nacional de los Inválidos. Lo que destaca es su cúpula dorada. En el complejo de los inválidos hay numerosos museos y templos religiosos, no vimos nada de nada, nos hicimos una foto y empezó a llover más, así que cogimos el metro y nos fuimos a comer.



El restaurante que habíamos elegido tenía muy buenas recomendaciones. Se llama Le coupe-chou y se encuentra en el barrio latino. Elegimos un menú de 27 eur (formule en francés). Había dos formas de elegirlo, plat+dessert ó entree+plat, así que elegimos los dos y compartimos el entrante y el postre.
Después de comer queríamos ver el panteón, dar un paseo por el barrio y relajarnos en los jardines de Luxemburgo. He dicho queríamos porque ya estábamos empapados y pasamos de largo por el panteón y cogimos el metro para ir a cambiarnos al apartamento. Descansamos un poquito y seguimos, la lluvia nos había dado una tregua. 
Fuimos directos a la Île de la cité, es la isla de la ciudad y donde empezó a fundarse París. La catedral de Notre Dame se encuentra aquí y es una de las principales atracciones de la ciudad, pasar a su interior a disfrutar de sus increíbles vidrieras es gratis. Por lo que cobran es por subir a las torres y  tras subir los  387 escalones a pie, puedes disfrutar de unas inmejorables vistas de la ciudad. La entrada cuesta 8,5 eur, nosotros llegamos tarde, pero la próxima vez que visitemos París es algo que tenemos pendiente.
También pasamos por la Conciergerie y fuimos hacia el Hotel de Ville (Ayuntamiento de París),  que alberga instituciones del gobierno municipal de París. No nos pudimos acercar mucho, porque estaba rodeado de vallas.
Muy cerquita de aquí se encuentra el Centro Pompidou, su arquitectura industrialista destaca en la ciudad de la luz. Los conductos de agua, electricidad, etc. están pintados de colores vivos y lo hacen más atractivo. En su interior se encuentra el Museo de Arte Moderno que posee una de las colecciones de arte moderno y contemporáneo más completas del mundo.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Empezaba a anochecer y decidimos ver lo que para mí es un imprescindible en París. Nos dirigimos a ver la Torre Eiffel iluminada. Para mí fue lo mejor del día, entre otras cosas, esto es algo que no se olvida. La Torre Eiffel empieza a destellar cada hora durante 5 minutos. ¡Es impresionante!. Después de esto fuimos a cenar y al apartamento, todavía nos quedarían unas horas al día siguiente.
Nuestras ultimas horas en París las dedicaríamos a visitar el barrio de Montmartre. Lo hicimos bastante rápido ya que sólo teníamos dos horas antes de partir hacia el aeropuerto. Fuimos directamente hacia la Basílica del Sacré-coeur, accedimos por el funicular. Éste está incluido en la tarjeta de transporte que teníamos, así que nos ahorramos unos cuantos escalones. Desde ella se contemplan unas de las mejores vistas de la ciudad, un atardecer aquí no tiene desperdicio. De hecho, es un punto de encuentro entre los locales. Quería dar un paseo por el barrio de  los pintores, pasamos por la Plaza du Tertre y bajamos hasta el Plaza de Abesses en la que hay un parquecito donde se encuentra el muro del amor. Aquí cogimos el metro y nos despedimos de París. Qué mejor forma que con un JE T'AIME.