22 de julio de 2015

Escapada Milán-Venecia Día 2

Llegamos a la estación de Venecia-Mestre, bien tarde debido al retraso, así que directos al hotel para descansar.
Viendo los precios desorbitados de  los hoteles de Venecia, Mestre era la mejor opción para alojarnos. Mestre, una localidad perteneciente a Venecia(Italia), justo en frente de la isla de Venecia. El hotel elegido fue el Nh Laguna Palace. Estuvimos estupendamente, las camas súper cómodas, limpio, bien situado, ... aunque es cierto que llegar de noche e ir andando al hotel desde la estación no es muy recomendable ya que las calles por las que se pasa son un poco tenebrosas. ¡Me faltó correr!, jajajaja.
El día 2 de nuestra escapada empezaba bien temprano, un poco de fresquito pero perfecto para conocer la ciudad. Desde el hotel nos dirigimos a la parada de bus de Corso del Popolo, a unos 500 metros, esperamos un poquito y en 10 minutos estábamos en Piazzale Roma, desde aquí empezamos la aventura de recorrer esta maravillosa ciudad. Fue bajar del bus y no parar de hacer fotos, nos quedamos ensimismados con tanta belleza y eso que el día no acompañaba, nublado, se notaba más el frío, pero estábamos en Venecia. VENECIA, esa ciudad tan distinta a las demás, con sus canales como calles, sus góndolas, ese encanto tan distinto.

 


 
Tenía marcado un recorrido desde la estación de Santa Lucía hacía el barrio de Cannaregio, calle recta por Rio Terá Lista di Spagna, que si cruzar un puentecito, seguir recto por Rio Terá S. Leonardo y a cruzar otro puentecito, y ya no os puedo contar más, porque a partir de aquí empezamos a ''perdernos'' por la isla, así que fuimos recorriendo las calles siempre con un objetivo marcado. El primero era la Iglesia de la Madonna dell'orto y después el Palazzo Ca' D'oro. No sé ni como cruzamos porque la vuelta atrás no dimos, y tampoco montamos en traghetto (Son como góndolas, modo barato, que se utilizan para cruzar el gran canal en sitios donde no hay puentes). Ya recuerdo seguimos avanzando puente arriba puente abajo adentrándonos en la isla, dejé el mapa y anduvimos guiándonos por los carteles de las paredes, a veces, un poco liosos, pero creo que es la mejor manera de conocer Venecia. En está ocasión fui un poco más relajada y me dejé llevar.
Me encantó el mercadillo nada más empezar a caminar, os dejo una pequeña muestra de nuestras andanzas.
                                    
                                     


 
Queríamos ver también el Mercado del pescado de Rialto, pero llegamos un poco tarde sólo quedaba un puesto abierto y con su materia prima bien expuesta, los demás estaban recogiendo, era casi la hora de comer.
Nosotros decidimos ir a tomar un vinito a una osteria, de la que había leído buenas recomendaciones. El sitio diminuto dos mesitas, de las cuáles tuvimos la suerte de coger una. Normalmente la gente pide su bebida, algo de picar y salen a la callejuela a tomarlo. Se llama Osteria Alla Ciurma, está en una calle paralela al mercado de Rialto.
Después de esa paradita directos al puente de Rialto, y 1000 fotos son pocas, nos entretuvimos más de la cuenta, pero uno de los iconos de la ciudad lo merecía. Os he dicho que en Venecia ese día había no sé cuantos millones de personas (jaja, soy exagerada, lo sé, pero os juro que había tanta gente...). Llegó la hora de comer y había pensado un sitio, pero era más bien un horno de pizza, nos apetecía sentarnos y comer tranquilamente, conectarnos un poquito para después seguir. Tras unas cuantas vueltas, nos encontramos con la Trattoria Il vaporetto, no es para tirar cohetes, pero la comida es aceptable. Sabíamos que tras haber comido en el Restaurante Maruzzella de Milán iba a ser complicado encontrar un sitio igual.





 

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Con el estomago bien llenito nos pusimos en marcha para seguir conociendo la ciudad, la plaza de San Marcos era el siguiente sitio al que iríamos, el Palacio Ducal, las maravillosas vistas de la Basílica de San Giorgio Maggiore y el puente de los suspiros. Nos paramos un poquito más de la cuenta y cuando quisimos pasar a la catedral de San Marcos: Chiuso!!!!. Cerrado!!!!. Lo dejaríamos para el día siguiente. Tras ver lo que teníamos pensado, paseamos por el barrio de Dorsodouro y nos tomamos un Spritz, bebida típica italiana. Volvimos al hotel, descansamos un ratito y salimos a cenar a un restaurante cerquita del hotel se llama Unico. Nos gustó mucho y es una buena opción si os alojáis en Mestre.