4 de marzo de 2015

Londres: Día 2 London Bridge, Big Ben y Camden Town

Nuestro segundo día en Londres, no dio para mucho, o si, depende de como se mire.
A las 9 ya andábamos por las calles de la ciudad y el paseo fresquito a orillas del río Támesis fue muy agradable. Empezaríamos nuestra ruta admirando la cúpula de la Catedral de San Pablo y tras dar la vuelta a un par de calles el puente de Londres(London Bridge)  y es que cada vez que voy a Londres, y veo esta maravilla no puedo hacer otra cosa más que admirarlo.
Cruzamos el puente desde la parte sur a la norte y desde ahí bajamos por el paseo junto a la Torre de Londres, cogimos el metro hacia Westminster.
Salimos del metro y el imponente Big Ben ante nuestros ojos. El Big Ben si que es impresionante,  es el monumento que más me gusta de la ciudad, es el más representativo y es que  a cualquiera que piense en Londres se le viene la imagen del Big Ben a la cabeza. Dimos una vuelta por la zona, mil fotos de rigor al Big Ben, Abadía y Palacio de Westminster . Tomamos algo para desayunar y seguimos nuestra ruta hasta el Palacio de Buckingham.






Desde la zona de Westminster fuimos andando por St. James Park hasta toparnos con la residencia oficial de la Familia Real Británica, ese día su majestad no estaba en casa. Os cuento una curiosidad y es que desde que muriera Lady Di el protocolo con respecto a la bandera cambió en Palacio, cuando la reina se encuentra allí ondea la bandera oficial del soberano británico, mientras que si no lo está ondea la Union Jack.
Os dejo la imagen de bandera ondeando en el Palacio de Buckingham:
Cogimos el metro haciendo uso de nuestra tarjeta Oyster (en el próximo post os explicaré el funcionamiento de esta tarjeta y los traslados del aeropuerto a la ciudad y viceversa), desde Green Park hasta Camden Town para llegar a uno de los mercadillos más populares y característicos de la ciudad. Puedes encontrar de todo: miles de souvenirs, ropa gótica, ropa de segunda mano, comida, etc. Aunque lo más auténtico de Camden Town son las fachadas que decoran las tiendas que hay a ambos lados de la calle.
 En este mercadillo se hayan una mezcla de culturas en todo lo que a ello se refiere y ,por supuesto, también en gastronomía, la amplia variedad de comida la puedes encontrar en los puestos que hay en los soportales, los cuales a medida que avanza el día van bajando los precios.
La primera vez que comí aquí fue comida china por 2 libras la bandeja. En esta ocasión nos decidimos por unos Kebaps, lo cual no aconsejo, para mi fue súper incomodo, ya que el mercadillo estaba hasta arriba de gente y no encontrábamos donde colocarnos para poder comer. Al final acabamos comiendo en los famosos asientos-motos y cada una por un lado.









Después de comer no nos dio tiempo a mucho más. Volvimos al hotel a coger las maletas y a esperar al bus para volver al aeropuerto. Nuestro finde en la capital de Reino Unido había terminado. Mis escapadas son cortas en el tiempo, pero intensas en el momento de disfrutarlas. Es la tercera vez que visito Londres y no será la última. La ciudad cosmopolita por excelencia me ganó desde el minuto uno y es que Londres tiene tanto que ofrecer que es difícil rendirse ante ella.